sábado, 15 de diciembre de 2007

Con ganas de querer.







Se levantó tempranito, antes de que den la seis,

empilchóse de primera, se peinó a la gomina,

salió por Ayacucho camino a la oficina,

silbando una tango apenas con ganas de querer.

Envuelto en su prosapia, se subió al colectivo,

su destino, el de siempre, la estación de Liniers.

El bondi está repleto, pensó muy resignado,

¡¡¡Pucha que se me arruga la camisita nueva

y el saco color Beige!!!!

Después de propiciarle una buena embestida

un ángel susurraba, ¡en la esquina chofer!

El tanguero miraba lo que o podía creer!

¡Mamita que bonita! ¡los ojos color cielo!

¡La boca dibujada! ¡Perfume de mujer!

Apareció Cupido, y con blanco certero

hizo que se miraran hasta más no poder.

El susurró en su oído,

Te espero en el Molino confitería-bar,

La mina que venía de un amor maltratado,

le dijo sin reparo, ¡Nunca voy a llegar!

Pero el destino escrito con tinta indeleble

y gracias a una frenada en una intersección,

hizo que la muñeca, más linda que una rosa,

cayera en los brazos del tipo en cuestión,

Lo miró largamente y antes de descender,

le dijo emocionada ¿a las ocho... está bien?

¿Cómo siguió esta historia? vaya Dios a saber!

Pero me voy tangueando, peinado a la gomina,

buscando en una esquina, ¡este que!

¡Perfume de mujer!

sábado, 1 de diciembre de 2007

"La Lechuza"


Manuela Juárez, sencillo, cortito, pero fuerte con arrogancia y cadencia al decirlo, un nombre digno de su portadora.

Mamá fue una trasgresora, siempre adelante de todo, atenta, a la pesca, no por nada el abuelo Santiago, su papá, la había bautizado, "la lechuza", pero con la inocencia, la fantasía, la belleza de pueblerina, el encanto de pueblerina, el recato de pueblerina y también el esfuerzo que se le pedía a la pueblerina, me refiero a las labores que debían desempeñar desde muy niñas para subsistir.

Eso queda marcado a fuego en ella, siempre trabajando.

La recuerdo cociendo desde muy temprano hasta bien entrada la noche, pero con dignidad, nada de lamentarse, nunca se lamentó, siempre tenía lugar para algo más, para la sonrisa por ejemplo, para llevar a pasear a mi hermana con el yeso, (después te cuento del yeso y mi hermana) para ir al cine con nosotras o a casa de sus hermanas en la Capital.

Con Papá y con su hermano Evelio, levantaron la casa de Cañuelas, los tres dejaron más que sus fines de semana sin descanso en esa casa, dejaron lo más importante que sabían hacer y era estar juntos, estar presentes y unidos en el esfuerzo. La casa aún existe, las personas que viven allí la han mejorado, pero el pulmón de la casa, eso que la destaca ante mis ojos, sigue intacto, que es nada más ni nada menos que el amor y la fe, saber que todo se puede, con la única condición, el deseo.

"La lechuza" le metió mano al cemento, a la cal, a los ladrillos y construyó un fuerte inigualable, tan fuerte que aún perdura en cada paso de mis días.

Cuantas veces habrá sentido miedo!!!! ¿habrá sentido miedo? si, no me cave la menor duda, como tampoco dudo de sus ganas de vivir, metió batalla hasta el final.

Hay algunas fotos de ella con sus hermanas, que hermosas mujeres!!!!, por dios!!!

"La lechuza" me robó el corazón, no solo fue mi mamá, fue mi gloria, estoy escribiendo y llorando como loca, pero no la extraño, porque ella vivió hasta que se cansó, ese mensaje lo dejó bien claro, y te aseguro que vivió.

Me divertí mucho con ella, hemos llorado juntas, hemos sufrido juntas, hemos levantado la cabeza y puesto el pecho juntas y hemos muerto juntas.

Manuela Juárez, me siento profundamente agradecida de haber transitado esta vida de tu mano, haber abierto los ojos por primera vez y haber visto tu rostro.

Y... Llegué un miércoles


Cañuelas me vio nacer, allá por 1950 y tantos, un 26 de Noviembre, día miércoles. A la mañana, mamá había ido a Capital porque se atendía en el pabellón de obstetricia del hospital Penna, para realizar un control de rutina, el obstetra, luego de atenderla, la envió de regreso a casa porque, según él, faltaba como una semana par mi nacimiento, mamá era una panza con cuerpo. Cuando baja del tren en Cañuelas y se dirige a casa, se cruza en el trayecto con su hermano ( o sea mi tío Queto) que al verla caminar con las piernas medio abiertas, a los barquinazos y la panza colgando en el medio, asombrado le pregunta, como
era que no había quedado internada, mami le explica que estaba todo bien y que tenía para una semana más, a lo que el tío le responde, que va!!!!! vos de hoy no pasás!!! y.... dicho y hecho, no pasamos de ese día, allá fuimos a la tarde al hospital de Cañuelas para hacer zafarrancho, propio de nosotras, ¿cómo íbamos a pasar inadvertidas? jamás!!!
No éramos Stars, pero le pegábamos en el palo, ruido hacíamos y bien fuerte, escuchá esto.
Ya se sentía el calor, y, era fines de Noviembre, llega mamá a casa cargando conmigo, por detrás llega mi hermana del cole, comen algo, aún no se habían levantado de la mesa cuando llega una vecina a preguntarle a mami como le había ido y le pasa el parte de las últimas noticias. Querida Anita hay paro general , dice.
Paro de qué? pregunta mamá
De todo, responde la vecina
mamá, ¿cómo de todo?
la vecina, si, tal cual le digo, de transporte , las oficinas pública dan asueto a los empleados, de médicos, de todo Anita, no se que pasa pero no me gusta nada.
Imagínate mami cuando dijo médico, después del designio del tío Queto, ¿y cuando dijo transporte? papá estaba trabajando en Capital, eso quería decir que no podía volver, no era problema porque se quedaba en casa del abuelo, pero si yo nacía él no iba a estar, yo creo que con este panorama la mamma entró en pánico, y las predicciones del gurú hermano, se empezaron a sentir, desde luego que yo al escuchar a la vecina dije, esta es la mía, ¿por qué todo sencillo, si podemos ponerle un poco de condimento a éste pueblo? y así fue.
Mamá quería pararse y no podía, la cintura le dolía, yo que me sacudía como nunca, cuando amagaba a pararse yo la tiraba para abajo, se aproximaba el momento, al darse cuanta, la Anita Manuela (mamá) le pide a mi hermana que llame a la vecina que se había retirado para que la ayude, allá sale la Anita María (mi hermana) a las corridas, cuando la vecina se anoticia, vuela para la casa del vecino que tenía auto, va, una camioneta toda destartalada, pero, Don Fresino, con su generosidad de hombre de campo, ayudó a mami a subir y fuimos a dar al hospital que estaba más desierto que el Zahara.
¿Quién carajo nos iba a atender? que desolación!!!!!! buscando médico, partera, enfermero, algo que se pareciera, nada de nada. Yo también estaba asustada, según mami, a mi me parece que yo estaba exitada por el alboroto, me gustaba todo ese cachengue.
Pero así y todo llegué, asistida por una mucama que estaba deambulando por el edificio del hospital, haciendo tiempo, porque otra cosa no podía, hasta que la vinieran a buscar, porque, se cumplieron los designios de la vecina, no había transporte, no tenia como regresar a su casa.
Papi me vió a los dos días de haber arribado a este paraíso, como suponíamos se quedó en casa del abuelo, sorprendido con mi nacimiento, claro no había celulares, todo era más sencillo a la fuerza. Mami le contaba que casi nazco en la camioneta de Don Fresino, que el viejo estaba muy asustado y preocupado cuando no localizaban al médico, mientras mi hermana me miraba con amor y odio, que disimulaba porque ella tenía casi diez años, no podía odiarme, ella era grande y tenía que entender que había llegado su estorbo a modificar su vida, la única feliz era yo, pancha tomaba la teta, y misión cumplida.
y aquí estoy contando esta historia y feliz porque soy portadora de un bello nombre que se lo debo a mis viejos o mejor a mis abuelas, que estaban muertitas las dos, ellas, cuando yo asomo el ojo, habiendo tantos muertos con lindos nombres, en fin, y aquí la Angela Dominga, lo del artículo adelante es para que sepas cual es mi sexo, y además no puedo ser de Cañuelas si no lo uso, en los pueblos no puede faltar.
El panorama político de hace medio siglo atrás no difiere mucho con el actual, distintos nombres en el poder pero la mismísima cagada.
He vuelto a Cañuelas muchas veces, de hecho no estoy demasiado lejos como par no hacerlo, es un hermoso pueblo, Los Fresino y los Medina, echaron raíces, aún viven sus nietos allí, estas dos familias son las más recordadas, siempre estaban en las historias que mami me contaba de su paso por ahí. Dicen que nada es casual, todavía no logro saber cual a sido mi misión en ese pueblo, muy poco tiempo estuve, y a muy corta edad, seguramente
en algún momento lo voy a saber. Creo que no es mi historia, sigue siendo la de mis viejos, por eso socavo, la mía está acá, en Guillón.